La importancia de la estimulación temprana
La estimulación temprana es una herramienta importante a la hora de fomentar el desarrollo físico, emocional y social del niño. A través de los diferentes modos de percibir estímulos, ya sea con una variada frecuencia, duración e intensidad, se logra un buen desarrollo cerebral a temprana edad.
¿Qué es la estimulación temprana?
El psicólogo Orlando Terré (2002) la define como:
«el conjunto de medios, técnicas, y actividades con base científica y aplicada en forma sistémica y secuencial que se emplea en niños desde su nacimiento hasta los seis años, con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas y psíquicas, permite también, evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a los padres, con eficacia y autonomía, en el cuidado y desarrollo del infante».
Por lo tanto, el objetivo de la estimulación consiste en que aquellos estímulos que fueron brindados a los niños logren convertirse en una rutina atractiva, donde el niño encuentre placer en su realización, y a través de esto, pueda adquirir un abanico de herramientas para desenvolverse en el mundo que lo rodea.
El aprendizaje requiere de múltiples estructuras cerebrales que están involucradas en diferentes procesos. A través de la interacción con otro, se abre la posibilidad de la maduración y los aprendizajes del sistema nervioso.
Según María José Más, pediatra y neuropediatra:
«El neurodesarrollo humano sigue un programa por el que adquirimos de forma progresiva pero simultánea, el control postural, el desplazamiento, la manipulación, la comunicación, el lenguaje verbal, la interacción social y los aprendizajes académicos. Y también otras muchas habilidades intrínsecamente humanas, como el reconocimiento de caras, el uso del lenguaje hablado, la música, los chistes, el juego simbólico […] Todos estos aprendizajes modifican las conexiones de nuestro cerebro que, aunque tienen un desarrollo espectacular en los primeros años de nuestra vida, continúan modificándose hasta la muerte».
Por ende, dicha estimulación se brinda durante las primeras etapas del desarrollo (0 a 6 años de edad). Lo importante de este periodo es que el niño adquiera estas habilidades ya mencionadas para abrir paso a los nuevos aprendizajes que están por venir. Se debe estar atento a aquellas señales que indiquen que algo en el comportamiento del niño no se está dando de manera adecuada. La detección precoz es fundamental, ya que si no se trabaja sobre aquellos aspectos que están imposibilitando el aprendizaje, el niño va a tener muchas dificultades a medida que vaya creciendo.
¿Qué áreas están implicadas en la estimulación temprana?
Se encuentran cuatro áreas que están implicadas a la hora de la estimulación:
- Área cognitiva
- Área motriz
- Área del lenguaje
- Área socio-emocional
Área cognitiva: Le permitirá al niño comprender, relacionar, adaptarse a nuevas situaciones, haciendo uso del pensamiento y la interacción directa con los objetos y el mundo que lo rodea. Para desarrollar esta área el niño necesita de experiencias, así podrá desarrollar sus niveles de pensamiento, su capacidad de razonar, poner atención, seguir instrucciones y reaccionar de forma rápida ante diversas situaciones.
Área Motriz: Esta área está relacionada con la habilidad para moverse y desplazarse, permitiendo al niño tomar contacto con el mundo. También comprende la coordinación entre lo que se ve y lo que se toca, lo que lo hace capaz de tomar los objetos con los dedos, pintar, dibujar, hacer nudos, etc. Para desarrollar esta área es necesario dejar al niño tocar, manipular e incluso llevarse a la boca lo que ve, permitir que explore pero sin dejar de establecer límites frente a posibles riesgos.
Área de lenguaje: Está referida a las habilidades que le permitirán al niño comunicarse con su entorno y abarca tres aspectos: La capacidad comprensiva, expresiva y gestual. La capacidad comprensiva se desarrolla desde el nacimiento ya que el niño podrá entender ciertas palabras mucho antes de que puede pronunciar un vocablo con sentido.
Área Socio-emocional: Esta área incluye las experiencias afectivas y la socialización del niño, que le permitirá sentirse querido y seguro, capaz de relacionarse con otros de acuerdo a normas comunes.
Ejercicios para estimular al bebé
Aquí, algunos ejercicios para papás para estimular al niño:
Estimular al bebé desde los 45 días:
- Acuesta al bebé boca abajo y acaríciale la espalda para que enderece cabeza y tronco.
- Acuéstalo boca arriba, ofrécele tus dedos pulgares para que se agarre, sujétalo firmemente y levántalo un poco.
- Acuesta al bebé boca arriba y provoca que vuelva la cabeza hacia un lado rozándole la mejilla con la mano.
- Roza sus labios con un cepillo de cerdas suaves para que mueva la boca. Pásaselo también por los pies.
- Cuando balbucee o haga sonidos, sonríele y háblale.
- Coge al bebé y cántale haciendo mímica para que te mire a la cara.
Estimular al bebé de los 3 a los 6 meses:
- Cuando esté boca arriba, mueve los brazos del bebé, extendidos o flexionados, de arriba a abajo y de lado a lado. Haz lo mismo con las piernas.
- Realiza una trompetilla sobre el vientre del bebé para que lo tense y destense.
- Acuesta al bebé boca abajo y ponle juguetes un poco retirados para que trate de alcanzarlos. Ayúdalo empujándole un poco los pies.
- Coge las manos del bebé y haz que dé palmas mientras le cantas.
- Con el bebé acostado boca arriba, cógelo de los antebrazos y lentamente siéntalo mientras dices «arriba». Vigila que su cabeza no se vaya hacia atrás.
- Acarícialo por todo el cuerpo con una pluma, pincel o algodón.
No debemos olvidar que se encuentran muchos objetos que facilitan la estimulación, como por ejemplo aquellos elementos que realicen sonidos, como sonajeros, tambores, o simplemente ponerles música. Abrir y cerrar cajones es otra actividad que fomenta la motricidad. También es importante el cambio de escenario, es decir permitirle al niño jugar en otro contexto, al aire libre, que sienta el viento, otros sonidos, otras personas.
Otro de los juegos importantes que Freud mencionaba es el juego del «Fort-Da» (irse y volver), donde el niño arroja un objeto para hacerlo desaparecer y luego lo recupera. El clásico juego de «las escondidas» es fundamental, ya que a través de él, el bebé aprenderá la noción de permanencia: si su mamá se va, también va a regresar.
Conclusiones
El aprendizaje humano es un proceso extraordinariamente complejo que se prolonga a lo largo de toda la vida. Juguemos con los niños, estimulémoslos; la familia es un pilar fundamental para su crecimiento.
¡Démosle una base sólida para que puedan desenvolverse eficaz y felizmente!
Lic. Griselda Pizarro